Cada uno busca su luz, sino que se lo digan a la legión de insectos que huyendo de la fría oscuridad de la noche, al ver una hoguera se arremolinan en torno a ella, buscan el calor de su luz, un punto que les sirva de referencia, un sueño que creen va a ser mejor que su insulsa existencia, por el simple hecho de estar mejor iluminado y creer que así van a poder ver más, aunque al final terminen cegados por tanta luz y achicharradas sus alas, que se lo pregunten a Ícaro.
Ciega tanta luz,
ciega tanta oscuridad,
mira el ocaso.
RMA
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