1
En tensa calma
sin alegría espera
quien era su amor.
RMA
2
Oscuro será
el alba que no ilumine
la luz de tus ojos.
RMA
3
Ardiente carne
gozosa juventud,
temblorosa luz.
RMA
Tocar el cielo
es lo que logra mi alma
cuando te miro.
RMA
5
Hueca la vida
vacuo el segundero,
plena tu risa.
RMA
Inabarcables
tu corazón y el mar,
indomables.
RMA
7
Degustar tu piel
enredados los cuerpos,
sabor salado.
RMA
8
No es el amor
nada, hasta que llega alguien
para llenarlo.
RMA
9
Ávidas manos
revuelan su universo,
placer alado.
RMA
10
Fluyen las olas,
eternas, sensual danza,
baile de fuerzas.
RMA
11
Acaricia el cielo
la superficie del mar,
húmedo beso.
RMA
12
Rumor alegre
el de la cantarina fuente
que atesora el patio.
RMA
13
Son luz tus ojos,
regalo inmerecido
para mi alma.
RMA
Inagotable
manantial de ternura
el de una madre.
RMA
15
Recorre tu piel
mi sedienta neurona,
buscándose.
RMA
16
Sal de mar, perla
tu piel y enerva el axón
de mi neurona.
RMA
17
Lúbrica noche
que el amor rubrica
y arriba el cielo.
RMA
18
Das la cara amor
por amor y con amor
a tu gran amor.
RMA
19
La luna observa
los lunáticos pasos
enamorados.
RMA
20
Íntimo aliento
y arrugadas sábanas
tienen al alba.
RMA
Haibun
Hace muchos años, cuando la adolescencia marcaba nuestra piel con esos granos que servían de guasa para los amigos, llegó a nuestra vida el primer AMOR, así, con mayúsculas. Pues bien, cuando llega te sobra todo y en el mundo son solo dos, dos ojos que te regalan el cielo y hacen que el corazón quiera llegar a él, de la velocidad que coge dando botes como un descosido.
Entonces, sueles tener un sitio de lo más romántico donde recrearte en esas horas, que en verdad son únicas e irrepetibles.
Nosotros solíamos irnos a la fuente del rio, pues por entonces estábamos más tiesos que la mojama y allí con una bolsa de pipas nos sentábamos a la orilla del cauce, bajo un sauce llorón y con el rumor de los pájaros y los surtidores de agua como banda sonora de unos momentos grabados a fuego en el corazón,con la llama de un amor adolescente puro, inocente.
Todo, por muy idílico que fuese, no dejaba de ser un simple y vulgar escenario, un segundo o tercer plano, como mucho, de unos ojos y un alma que lo eran, que lo son todo.
El mundo gira
y no llego a notarlo,
solo tus ojos.
RMA
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