Desde hace "sienes" de años, o al menos a mí me lo parece, cuando leí "20.000 leguas de viaje submarino" siempre me gustaba imaginarme los animales marinos como seres extraños y fantásticos y cuando tenía la oportunidad de que cayese en mis manos algún libro con fotografías de peces era una gozada (recuerdo que por entonces internet prácticamente no existía) y por casa, lo más que se veía eran unos boquerones o unos calamares.
Entonces, y ya de mayor con la excusa de llevar al niño visitamos algún que otro acuario y la verdad no se quien disfrutaba más, él descubriendo la vida subacuática o yo gozando de su carita de entusiasmo y asombro a la par que recordando el mío cuando a su edad me sumergía en las profundas aguas a través de las páginas de un libro.
RMA
RMA














No hay comentarios:
Publicar un comentario