Cuando nos planteamos ir a Oporto, piensas lo típico, vino dulce y poco más.
Cuando llegas allí, te encuentras arte, arquitectura y cantidad de pequeñas cosas que logran que tu viaje se convierta en maravilloso, en algo inolvidable y que te deje el regusto ese de que tienes que volver a por más.
A que te dan ganas de volver.
Pues eso.
RMA
No hay comentarios:
Publicar un comentario