Algunos dicen
que cuando es dicha
la palabra muere.

Yo digo, en cambio,
que justo ese día
empieza a vivir.

Emily Dickinson.

Parafraseando a la Sra. Dickinson me gustaría que estos ripios que ahora comienzan a volar por sí mismos no mueran en el olvido, sino que sean capaces de anidar en el corazón de alguien que les de calor y cobijo.

Camino


Todo cuanto tenemos delante es camino.

Todo lo demás viene y va, o simplemente lo ves pasar.

Hay etapas en las que te enseñan a caminar, a saber escoger qué camino has de elegir 

Otras, cuando crees saber tu senda, acompañas y te dejas acompañar por algún alma que aporta luz a cada paso con el que avanzas.

Luego, con más o menos éxito, te toca a tí actuar como guía, ardua tarea.

También hay diferentes maneras de afrontar el día a día, hay quien se lo toma como una carrera de obstáculos, en la que no para de tropezar y no siempre sabiendo levantarse con la mirada alta. Hay quien corre como alma que lleva el diablo, estresado y sin saborear cada progreso, por pequeño que este sea.

Y hay quien simplemente camina disfrutando de la compañía, saboreando el paisaje y disfrutando cada uno de los firmes pasos con los que va avanzando.

Caminos hay muchos y muchas las formas de afrontarlos, yo diría que tantos como personas y luego otros caminos con mayúsculas en los que convergen muchas almas unidas por el amor y devoción a una Madre.

Un camino donde encuentras esfuerzo y tesón, hay sacrificio, sudor y lágrimas, al igual que una mano, mejor, muchas manos que van a tirar de ti, ayudando en tu caminar, brazos que te recogerán si desfalleces y hombros donde descansar una cabeza, a veces, vencida.

En el movimiento mecánico y autómata de caminar, hay tiempo para que el pensamiento alce el vuelo, alejado del estrés en el que vivimos sumergidos, y en las alas de esos mismos que te están regalando sus trinos, te sumerjas en unas reflexiones inimaginables en su profundidad, de alcanzar en el día a día que nos viene impuesto por nuestra sociedad, que a la postre te aportan paz y serenidad.

Existe la convivencia, como ya se ha dejado traslucir, gente, hermanos, que los tienes y los vas a tener y no sólo para cruzar la raya o el quema, que van a estar ahí siempre ofreciéndote esas manos, brazos y hombros de los que ya hemos hablado.

Además hay alegría, mucha alegría, la vida debe ser alegría y más cuando se comparte el amor de una Madre y de unos hermanos, en un camino por donde transitamos todos juntos y en el que compartimos también una misma y maravillosa meta, Tú, Madre. Y que mejor manera de demostrarte amor, que cantando y riendo. Lo que más puede desear una madre es ver a sus hijos alegres 

Hay diferentes etapas y diversas maneras de hacer un camino pero sin duda, si tengo que elegir, escojo el poder hacerlo contigo.

RMA





1

Llueve en la raya

los pies llenos de barro,

en el alma, alas.

RMA 


2

Se olle un tintineo 

que transporta al cielo,

aguardan tus ojos.

RMA


3

El buey humilla

las rodillas en tierra,

cansado, exánime.

RMA


4

Noble tintineo 

al pasar de las bestias 

con mi Simpecao.

RMA 


5

Ya cuelga ingrávida

la campana de bronce,

vuela el Ángelus.

RMA


6

Al tocar fondo

surge en mi corazón

un Dios te salve.

RMA


7

Vieja medalla

arrugado el cuello,

cordón sin brillo.

RMA 


8

Muchos caminos

de sudoroso barro

mi cordón guarda.

RMA 


9

Surcos de barro

al llegar el ocaso

cruzan mi frente.

RMA 


10

Silba el boyero

sones a flauta y tamboril

a paso lento.

RMA


11

Romero en rama

aferrado a una cara

deseando verte.

RMA 


12

Yugo en las mulas

que llevan la carreta,

canta el romero.

RMA


13

Clarea ya el alba

entre pinos y jaras

medalla al cuello.

RMA


14

Polvo y camino

arena de la raya

cansancio, paz.

RMA 


15

Río de fe

es en mayo la raya,

arena, cíelo.

RMA


16

Frente a tus ojos

tiembla mi alma al sentir 

este regalo celeste.

RMA 


17

Triste suena,

del tamboril su toque

diciendo adiós.

RMA 


18

Brilla tu altar

de humano oro,

deslumbran tus ojos.

RMA 


19

Afloran en mí 

emociones antiguas,

a tus pies, Señora.

RMA 


20

María, Madre,

entrega infinita,

dulce mirada.

RMA 


21

Triste el sonido

que lanza el tamboril 

ya de vuelta.

RMA 


22

La mirada gacha

camina tras las rodadas 

del Simpecado.

RMA


23

Hollan sus botos

las arenas de la raya,

su amor les lleva.

RMA


24

Cansados los pies

del duro camino 

Aah! Rio Quema.

RMA


25

Oyen sus ojos

las letras soñadoras,

tu cara Rocío.

RMA.


26

Pones música 

a tantas estrellas,

tu pueblo te canta.

RMA


27

La nariz fría 

henchido el corazón,

Santo Rosario.

RMA 


28

Alzo los ojos

Tú bajas la mirada,

encuentro.

RMA


29

Te canta madre,

te canta mi hermandad,

noche de Rocío.

RMA


30

Marisma y Ella,

eterna Ella y marisma

Madre y tú Madre.

RMA


31

Mira el simpecado,

a tus pies señora,

y en tu reja, yo.

RMA


32

Pasa la vida 

y otra vez a tu lado.

Suerte la mía.

RMA


33

Pies doloridos,

mas el alma repleta,

peregrino.

RMA







DIEZ AÑOS ROCÍO DE FÉ EN CÓRDOBA 

Es la conmemoración de los diez años de la Magna Rociera que se celebró en la diócesis de Córdoba con todas las Hermandades de la provincia.

Por circunstancias, en aquella ocasión no pude asistir como era mi deseo y tampoco me había dado por esto del haiku, pero nunca es tarde si la dicha es buena, así que aquí va mi pequeña y honda a la vez, impresión, que está vez sí, he intentado dejar plasmada en forma de Haiku.


Se alza una salve

entre un bosque de palmeras

Rocío, divina.

RMA 


Llega mi gente

con mi amada hermandad,

Besos y abrazos.

RMA


Mi simpecado

pasea por mi Catedral,

ruedan mis lágrimas.

RMA 


Ecos de plegarias

resuenan entre arcadas,

vuela mi Simpecado.

RMA 


Brotan los vivas

Rocío, a tu paso,

honda emoción.

RMA


Entre naranjos

va de azul y oro,

Gloria de cabra.

RMA 


Puerta del Perdón 

a quien le sobra amor,

Divina madre.

RMA 



Y un algo más...


Siento el frío en mis rodillas 

de un mármol que un día 

ha de arroparme.

RMA


Todo hasta que alzo mis ojos

y se topan con tu dulce mirada,

amorosa y dulce madre.

RMA


Y siento el férreo cobijo

de un corazón sin limite 

cuando el mármol me tape.

RMA


Siento el frío en mis sienes

de un acero que tiempo ha,

laceró tus carnes.

RMA


Foto de internet 








 

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