Todo cuanto tenemos delante es camino.
Todo lo demás viene y va, o simplemente lo ves pasar.
Hay etapas en las que te enseñan a caminar, a saber escoger qué camino has de elegir
Otras, cuando crees saber tu senda, acompañas y te dejas acompañar por algún alma que aporta luz a cada paso con el que avanzas.
Luego, con más o menos éxito, te toca a tí actuar como guía, ardua tarea.
También hay diferentes maneras de afrontar el día a día, hay quien se lo toma como una carrera de obstáculos, en la que no para de tropezar y no siempre sabiendo levantarse con la mirada alta. Hay quien corre como alma que lleva el diablo, estresado y sin saborear cada progreso, por pequeño que este sea.
Y hay quien simplemente camina disfrutando de la compañía, saboreando el paisaje y disfrutando cada uno de los firmes pasos con los que va avanzando.
Caminos hay muchos y muchas las formas de afrontarlos, yo diría que tantos como personas y luego otros caminos con mayúsculas en los que convergen muchas almas unidas por el amor y devoción a una Madre.
Un camino donde encuentras esfuerzo y tesón, hay sacrificio, sudor y lágrimas, al igual que una mano, mejor, muchas manos que van a tirar de ti, ayudando en tu caminar, brazos que te recogerán si desfalleces y hombros donde descansar una cabeza, a veces, vencida.
En el movimiento mecánico y autómata de caminar, hay tiempo para que el pensamiento alce el vuelo, alejado del estrés en el que vivimos sumergidos, y en las alas de esos mismos que te están regalando sus trinos, te sumerjas en unas reflexiones inimaginables en su profundidad, de alcanzar en el día a día que nos viene impuesto por nuestra sociedad, que a la postre te aportan paz y serenidad.
Existe la convivencia, como ya se ha dejado traslucir, gente, hermanos, que los tienes y los vas a tener y no sólo para cruzar la raya o el quema, que van a estar ahí siempre ofreciéndote esas manos, brazos y hombros de los que ya hemos hablado.
Además hay alegría, mucha alegría, la vida debe ser alegría y más cuando se comparte el amor de una Madre y de unos hermanos, en un camino por donde transitamos todos juntos y en el que compartimos también una misma y maravillosa meta, Tú, Madre. Y que mejor manera de demostrarte amor, que cantando y riendo. Lo que más puede desear una madre es ver a sus hijos alegres
Hay diferentes etapas y diversas maneras de hacer un camino pero sin duda, si tengo que elegir, escojo el poder hacerlo contigo.
RMA
1
Llueve en la raya
los pies llenos de barro,
en el alma, alas.
RMA
2
Se olle un tintineo
que transporta al cielo,
aguardan tus ojos.
RMA
3
El buey humilla
las rodillas en tierra,
cansado, exánime.
RMA
4
Noble tintineo
al pasar de las bestias
con mi Simpecao.
RMA
5
Ya cuelga ingrávida
la campana de bronce,
vuela el Ángelus.
RMA
6
Al tocar fondo
surge en mi corazón
un Dios te salve.
RMA
7
Vieja medalla
arrugado el cuello,
cordón sin brillo.
RMA
8
Muchos caminos
de sudoroso barro
mi cordón guarda.
RMA
9
Surcos de barro
al llegar el ocaso
cruzan mi frente.
RMA
10
Silba el boyero
sones a flauta y tamboril
a paso lento.
RMA
11
Romero en rama
aferrado a una cara
deseando verte.
RMA
12
Yugo en las mulas
que llevan la carreta,
canta el romero.
RMA
13
Clarea ya el alba
entre pinos y jaras
medalla al cuello.
RMA
14
Polvo y camino
arena de la raya
cansancio, paz.
RMA
15
Río de fe
es en mayo la raya,
arena, cíelo.
RMA
16
Frente a tus ojos
tiembla mi alma al sentir
este regalo celeste.
RMA
17
Triste suena,
del tamboril su toque
diciendo adiós.
RMA
18
Brilla tu altar
de humano oro,
deslumbran tus ojos.
RMA
19
Afloran en mí
emociones antiguas,
a tus pies, Señora.
RMA
20
María, Madre,
entrega infinita,
dulce mirada.
RMA
21
Triste el sonido
que lanza el tamboril
ya de vuelta.
RMA
22
La mirada gacha
camina tras las rodadas
del Simpecado.
RMA
23
Hollan sus botos
las arenas de la raya,
su amor les lleva.
RMA
24
Cansados los pies
del duro camino
Aah! Rio Quema.
RMA
25
Oyen sus ojos
las letras soñadoras,
tu cara Rocío.
RMA.
26
Pones música
a tantas estrellas,
tu pueblo te canta.
RMA
27
La nariz fría
henchido el corazón,
Santo Rosario.
RMA
28
Alzo los ojos
Tú bajas la mirada,
encuentro.
RMA
29
Te canta madre,
te canta mi hermandad,
noche de Rocío.
RMA
30
Marisma y Ella,
eterna Ella y marisma
Madre y tú Madre.
RMA
31
Mira el simpecado,
a tus pies señora,
y en tu reja, yo.
RMA
32
Pasa la vida
y otra vez a tu lado.
Suerte la mía.
RMA
33
Pies doloridos,
mas el alma repleta,
peregrino.
RMA
DIEZ AÑOS ROCÍO DE FÉ EN CÓRDOBA
Es la conmemoración de los diez años de la Magna Rociera que se celebró en la diócesis de Córdoba con todas las Hermandades de la provincia.
Por circunstancias, en aquella ocasión no pude asistir como era mi deseo y tampoco me había dado por esto del haiku, pero nunca es tarde si la dicha es buena, así que aquí va mi pequeña y honda a la vez, impresión, que está vez sí, he intentado dejar plasmada en forma de Haiku.
Se alza una salve
entre un bosque de palmeras
Rocío, divina.
RMA
Llega mi gente
con mi amada hermandad,
Besos y abrazos.
RMA
Mi simpecado
pasea por mi Catedral,
ruedan mis lágrimas.
RMA
Ecos de plegarias
resuenan entre arcadas,
vuela mi Simpecado.
RMA
Brotan los vivas
Rocío, a tu paso,
honda emoción.
RMA
Entre naranjos
va de azul y oro,
Gloria de cabra.
RMA
Puerta del Perdón
a quien le sobra amor,
Divina madre.
RMA
Y un algo más...
Siento el frío en mis rodillas
de un mármol que un día
ha de arroparme.
RMA
Todo hasta que alzo mis ojos
y se topan con tu dulce mirada,
amorosa y dulce madre.
RMA
Y siento el férreo cobijo
de un corazón sin limite
cuando el mármol me tape.
RMA
Siento el frío en mis sienes
de un acero que tiempo ha,
laceró tus carnes.
RMA



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