Algunos dicen
que cuando es dicha
la palabra muere.

Yo digo, en cambio,
que justo ese día
empieza a vivir.

Emily Dickinson.

Parafraseando a la Sra. Dickinson me gustaría que estos ripios que ahora comienzan a volar por sí mismos no mueran en el olvido, sino que sean capaces de anidar en el corazón de alguien que les de calor y cobijo.

Poeta




Hace ya un tiempo, vine a encontrarme con un compañero, el cual iba acompañado de su familia. Este conocedor de mi afición a maltratar el lenguaje y a someter a tortura a todo aquel que se atreviese a leer lo que yo había escrito, me presentó de forma muy generosa e inmerecida con el título  (para mí lo es) de “poeta”.

Al poco le contesté:

Lo de poeta amigo mío, es un traje
que me viene grande,
mejor prefiero un mono
un mono azul de currante.

Albañil, de chapucillas mil,
los ripios, por doquier “amontonaos”
y por mucho que lo intento
no sale bien un “enfoscao”.

Así que Andrés, amigo,
ser poeta es una Santa Cruz
que Dios no me ha concedido.



Poco después, me sorprendió gratamente y me demostró ser mejor poeta que yo (con diferencia).

Al leer lo que has escrito
he visto tu gran talento,
y he podido descubrir
al poeta que llevas dentro.

No es bueno darse valor,
quitarse no es lo justo,
pues para leer poesía
cada cual tiene su gusto.

Es importante tener
para llegar una meta,
el duende de la palabra
y ese alma de poeta.

Así que amigo Ricardo
no pierdas esa ilusión,
dedícate a la poesía
con mucho amor y pasión.
                                   A. Dios

Gracias amigo.
                  RMA

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