Me encanta avistar
delfines en alta mar,
contar las estrellas
en la superficie del agua,
escuchar el silencio
entre la multitud,
desnudar la luna
a la luz de las estrellas.
Perder los ojos
en el horizonte,
ver como arde
la retina del astro rey
mientras se pierde
entre las aguas
dónde reina Neptuno.
Me gusta embriagar
mis sentidos allí
dónde resuena el mar
resacoso en la orilla,
dejar que la mirada
se pierda en el horizonte
revoloteando con los sueños
cual destellos en la mar
jugueteando con los delfines.
Para poder contar
cuánto el corazón puede
llegar a sentir,
harían falta “sienes” de vidas,
millones de palabras
y aún no serían
mas que una pequeña muestra
de lo que puede llegar
a sentir un corazón.
RMA
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