Aguarda a que el sol
complete su arco
que llegue la noche.
No guarda ilusión
con que en algún momento
la pálida luna
complete el suyo.
Llegado el alba
hilos de rocío
tejen los tejados
de gente sin techo,
no quieren tenerlo.
No muy lejos,
esos hilos de oro
precipitándose del alero
vienen a alimentar
el viejo arriate,
donde el añoso rosal,
ávido, sediento, aguarda
el primer rayo de sol
que su savia aliente,
que sus yemas reviente.
Aún así, hay también
quien aguarda que el sol
complete su arco,
que llegue la noche.
RMA
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