Hasta que los rayos
de sol se encuentren
de frente, cara a cara
con mis pobres huesos,
seguiré mirando de frente
el sendero que se abre
ante mis pobres pasos
persiguiendo una felicidad
que aunque vulnerable, frágil,
felicidad al fin y al cabo,
que alimente mis fuerzas
lo bastante para compartirla
con la gente que me acompaña
en esta senda de la vida
y me ayude así a encontrar
esa tan anhelada paz
que mi alma necesita.
RMA
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