Estruja, entre sus manos
nerviosas, sus preocupaciones
donde a la par las mezcla
con el intenso dolor
que tiempo ha, puebla su corazón
oprimiendo su pecho,
oscureciendo sus días,
convirtiendo en insoportable
la idea del todo improbable
de dibujar una sonrisa.
Nubla su mente sólo pensar
que pueda llegar el momento
en que se borre de su memoria
la causa de su tormento.
Solo queda cobrar paciencia
aguardar a que el tiempo ayude,
recordar con todo cariño
aquella que con dolor acude.
RMA
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