Perdido en la montaña
encuentra una sombra
parecida a su perfil,
con la peculiaridad
que además le habla.
Hecha a su semejanza,
forjada en las altas cimas,
alimentada en los profundos valles,
cincelada por la gruesa lluvia,
por las tórridas noches
y los más gélidos días.
Esa sombra, como el reflejo
en el mando lago de la noche
es una silueta tan solo,
con lo que viene a decirte
cómprate una acuarela
y un pincel para pintar
el interior del contorno.
RMA
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