Dime, quien se lamenta
por tener un firmamento
encendido de estrellas,
al contrario, yo recuerdo
esos ojos como platos
abducidos por ese cielo
alicatado de soles lejanos.
El triste lamento
mas bien proviene
cuando elevas los ojos
buscando un cielo rielado
por infinitas estrellas
y con el alma escogida
descubrir que hubo alguien
que una a una
se las fue llevando
y del rutilante firmamento
quedó sólo un oscuro infierno.
RMA
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