Palabras que duelen a despedida
con el sabor amargo del dolor
clavándose en el alma herida
quedando así clavadas en el corazón.
Promesa, mientras exista un rescoldo
con la esperanza de reavivar la llama,
habrá que darle al fuelle con ganas
aún cuando el ascua, las manos abrasa.
Como tantas y tantas estrellas
que aún extinta su bella llama,
por el espacio infinito su luz viaja
cautivando a cuanto por su lado pasa.
Maravillosa fortuna poder alimentarse
de esa intensa luz que brilla
engrandeciendo a cuanto roza,
engrandeciéndose a sí misma.
RMA
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