La curva de tu sonrisa
la tiene mi corazón
como “summun” de la belleza.
La fuente de luz de tus ojos
espolea y eleva el Pegaso
que lleva mis días sobre
las inmundicias terrenas.
El arco que forman tus brazos,
ese hueco donde mi alma
cobijo busca, pienso, ha de ser
réplica en la tierra del paraíso.
Imagino tu sonrisa,
y a la vez que me miras
me das cobijo en tus brazos.
¿Se le puede pedir más a la vida?.
RMA
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