Un cachito de cemento,
un pedacito de yeso,
un ladrillo medio roto,
un trocito de azulejo.
Todo eso y mucho más
es cuanto sale de un derribo,
una casa tiempo atrás,
ahora, tan sólo ripios.
El solar hay que limpiar,
los ripios a la escombrera
y construir en su lugar
una casita nueva.
Más pobre yo siempre he sido,
y a menudo a la escombrera
en vez de un ladrillo, un ripio
¿teja nueva? ¡vieja teja!.
Mi palacio es mi chabola,
mi tesoro hecho de ripios,
si miras bien, en la escombrera
verás tesoros escondidos.
RMA
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