Es la corriente de agua
que no deja su caminar,
impregna por donde pasa,
sin por ello dejar de pasar.
Como caída del cielo
brota en la montaña
iniciando así su descenso,
su camino, sin pausa.
Un camino sin retorno
donde a veces vuela, salta,
otra forma mil recodos,
ora viene y se remansa.
Tiene un principio y un fín
como todo lo que fluye,
un fin, que no un final
donde lo inmenso confluye.
Queda la duda final
a mi corto entendimiento,
si el cielo se refleja en el mar,
o es el mar en el firmamento.
RMA
No hay comentarios:
Publicar un comentario