De pequeño, yo recuerdo
que criaba gorriones
y “pa” que no se escaparan
las plumas yo les cortaba.
Dentro del patio, ciertamente,
de libertad gozaban,
más, sus recortadas alas, levemente,
del suelo los izaban.
Extraña felicidad la mía
querer mirar el vuelo
de un ave que es cautiva.
RMA
No hay comentarios:
Publicar un comentario