Sin hacer ruido, silencioso, prácticamente invisible.
Es una palabreja japonesa que me recordó a mis tiempos de mili, en la que al llegar oíamos decir, que voluntarios ni para ir a comer.
Lo mejor era pasar desapercibido, que ningún mando echará cuentas de ti, ni por arriba ni por abajo, así, ese tiempo de servicio militar pasaría lo más tranquilo posible.
Lo más curioso de esa frase es que vino de un nota de una barriada no muy recomendable con una barba de a cuarta y melena a media espalda y que cuando salió de la barbería del cuartel, no lo conocíamos, le raparon al menos dos kilos y medio de pelambreras.
Saber donde estas, conocer tu meta y trazar tu camino, disfrutar del paisaje y de la compañía que tú has elegido, pasando libremente desapercibido, invisible para todos, salvo para aquellos te importan y te quieren, ser muy visible y presente, no para aquellos, sí para estos, a los que quieres.
No ves el aire
que te alimenta y rodea,
sientes que existe.
RMA
No hay comentarios:
Publicar un comentario