Cuando el mar te devora
los sentidos, la razón,
su inmensidad te envuelve
sus reflejos te deslumbran
su brisa conmueve,
la simple caricia
de su superficie líquida
es suficiente para enloquecer,
el simple hecho de pensar
en sumergirte, saberte dentro
es justificada razón
para sin más, perder
la noción de tiempo y lugar,
bueno, del lugar, lugar,
eso si no fuese
por el olor a espetico.
RMA
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