Trina el jilguero
mirando entre barrotes,
prisión sonora.
RMA
La pequeña enana blanca
inexorable camina,
abducidos sus pasos
por la oscura atracción
que ejerce el negro agujero,
sabe que será su final,
que la densa masa
ahogará su luz.
Mas no puede ni quiere evitarlo,
ese interminable baile de fuerzas
agotó su energía.
RMA
Callado y confuso
agacha el asno las orejas
mientras arrastra el arado
que deja cicatriz en la tierra,
no sabe que existen
otros mundos a derecha e izquierda,
no le dejan ver las anteojeras,
sólo ve luz al frente,
sólo intuye un camino.
Con la mirada gacha,
doloridos los hombros
y el paso cansado
araña la superficie
de un mundo que no sabe
si es el suyo.
RMA
Raso en la noche,
el mochuelo tirita,
brilla la estrella
en el manto azabache
que cubre el firmamento.
RMA
Quiero que vuelvas, te echo mucho de menos, no quiero que estés
más en el cielo mamá, vuelve pronto con nosotros, a sonreír como tú sabes, a abrazarnos,
a hacernos cosquillas y darnos esos besos, que el hermano dice que no quiere, pero
que el otro día vi llorando y me confesó que era mentira, que echa de menos cuando
al acostarnos nos arropabas y nos dabas uno al desearnos las buenas noches, que
ahora tiene pesadillas, pues la noche es oscura y fría sin el calor de ese beso.
Me acuerdo que poco antes de que te llevasen al hospital, al
darnos los besos de buenas noches, siempre nos mojabas la cara con tus lágrimas.
Maldito hospital, cuando te fuiste a vivir allí ya no viniste
más a casa, ¿Es desde allí por donde se va al cielo? Es que no lo sé, la abuela
llorando, dice que ahora estás con el Señor,
pero el Señor está en la iglesia, no en el hospital.
Ojalá pudieras llamarme por teléfono desde el cielo, para explicármelo
mejor y que me pudieses mandar un beso.
Cae ya el sol
inocente en la tierra,
se eleva al cielo.
RMA
IN MEMORIAN
S M