Por Navidad
con arbolitos ricamente iluminados
y lucecitas de colores soltando destellos
en las calles y en nuestros hogares,
hay ocasiones que pienso,
yo, fanático de la luz
(Quizás para compensar
la oscuridad de mi alma),
bueno, que me disperso,
esas luces, tantas luces
¿no equivocan la intención?
no creo que deba tratarse
de iluminar nuestras carteras,
ni conducirnos como borregos
hasta el centro comercial,
cuando la luz debería guiarnos
a ese sitio donde no importa
lo que tenemos, sino lo que somos,
y lo que nos ha de iluminar
son las sombras que existen
en los recovecos de nuestros corazones.
RMA