Creciente luna
apuntas tu orondez
ya sin tapujos.
RMA
Todas las vidas
que no vivirás,
que sueñas
pero que nunca, nunca
sabes si vivirás.
En tu nube,
en tu alma
son una realidad.
Cada día,
cada noche mejor
aflora una,
como el loto en el agua
y la admiras,
la vives y la disfrutas.
La sientes
y la haces tuya
como lo que es,
una parte de ti.
RMA
Derrocha la vida
no ya, lamiendo sus heridas
pues al fin y a la la postre,
la saliva cauteriza.
Mas bien bien su afición
a reabrir y hurgar,
a no permitir que sane y cierre,
que cese el manantial purulento
que surja una cicatriz,
aunque fea, una cicatriz,
que la acompañaría de por vida
pero al fin solo eso,
que le haria trastabillar,
sentir infinito dolor,
mas no trabaría sus pasos,
no cegaría su camino.
RMA
Alimenta su culpa
en la oscuridad de la noche,
el silencio hace de reclamo
a todos sus fantasmas
y el reparador lecho
muta en potro de tortura.
Su espalda se curva
incapaz de sostener su cabeza,
se siente incapaz
de alzar su mirada al cielo,
así, solo queda clavar
sus ojos en el suelo,
y en la planta de sus pies,
sentir, a través de ellos
el calor del averno.
RMA
Al alba con el sol de cara
recobras la esperanza
y entonces osado tú
Arrejuntas fuerzas
y te atreves a otra vuelta,
más aunque sea en círculo,
como la mula en la noria
las agujas del reloj avanzan
a su ritmo impenitente,
alcanzando a su tiempo
la claridad de la noche.
RMA