Es el camino que se bifurca, cada uno avanza en pos de su propio destino y a la vez que esto pasa, se van volviendo desconocidos.
Tan sólo comparten un mismo origen, no un mismo destino, ni siquiera su trazado es similar, pues, al ir cada uno para un lugar distinto, sus pendientes, sus curvas y sus repechos no son igual, el paisaje que los bordea tiende a no parecerse en nada y cuando alguno desvía los ojos hacia el retrovisor puede ser que a lo lejos distinga un camino que le resulte ligeramente familiar, mas, quizás sea tan sólo la distorsión que provoca el vaho cuando vuelves la vista atrás.
La raíz se hunde
en el frío subsuelo,
blanca florece.
RMA