Apaga el cricrí
el crujir de pisadas,
brilla la luna.
RMA
Partió y partió los corazones
de la gente que la quería,
se fue sin hacer ruido
humilde como siempre fue
grande como ninguna,
dejó un rastro de amor
eligió Amar como forma de vida,
entregar todo su ser
a los que en verdad quería.
Partió y partió los corazones,
más aún continúa entre nosotros,
con la gente que la quería.
RMA
Se te echa encima,
se te avalancha el futuro
como el león a la gacela.
Hunde sus fauces en la yugular
a ritmo de segundero,
degusta el viscoso sabor de tu vida
mezclado con el poder
de sentir entre sus fauces
los latidos de un corazón ajeno.
Un león que se divierte contigo
hasta reducirte a simple abono.
RMA
La calunnia é un ape
vola, punge e fa male,
bella farfalla.
RMA
La calumnia es una abeja
vuela, pica y duele,
bella mariposa.
RMA
Aún recuerdo cuando de pequeño acompañaba al campo a mi padre y en las mañanas de invierno, cuando helaba, sentía crujir la blanca hierba bajo mis botas mojadas, al son de mis pisadas, a la par que en algunas ocasiones escuchaba algunas de sus sentencias como ¡Pobre la vejeta que no haya pillado terrón! Refiriéndose a la mínima protección que le hubiese brindado un terrón de tierra y que le pudiese haber librado de una, aun más intensa hipotermia. Entonces, al levantar la vista, había veces que me encontraba con el esqueleto de algún árbol y
cada recodo,
cada punta de rama,
contiene el llanto.
Y amanece, el día sigue su curso y cuando el sol abre los ojos y ahuyenta los últimos jirones de bruma, resurge la vida.
Diluye la luz
las perladas lágrimas
de mi rocío.
Y entonces la vejeta se olvida de su terrón y yo sigo regocijándome cuarenta años más tarde.
RMA
Por igual llueve
en el lago o en la tierra,
sobre las nubes
aunque nadie repare
aún gira el universo.
RMA
Terminó dándose cuenta
que hay días luminosos
y noches cuajadas de estrellas
donde sentir tu nimiedad,
pero donde aún te sientes
del todo insignificante es
en aquellas, de tan oscuras,
en las que no son capaces
ni de brillar las estrellas.
RMA