Al viento cede
esponjosa la nube,
tormenta anuncia.
RMA
Guía mis pasos
la fina arena del mar,
a un muy lejano
horizonte, bañado
por un mar de sueños.
RMA
Descascarillada
aparece la pared
de la vieja casa.
Encierra en secreto
los sueños y anhelos
de los que guarda.
Hay de todo…
quien sueña en abandonarla
por otra más holgada
pensando que en la nueva
al ser más grande
mayor será la felicidad
en ella alojada.
Quien sueña en abandonarla
y a la imagen de su calor
formar otra a semejanza.
Quien sueña en abandonarla
para en inocente juego
retornar a conquistarla
cual muy feroz guerrero,
tornando, armado hasta los dientes
de un brutal cargamento
de abrazos y tiernos besos.
Descascarillada la vieja casa
guarda los sueños
de a quien guarda.
RMA.
¿Cómo sería el mar sin horizonte?
Sin un punto allá a lo lejos
que nos indique el final,
esa línea delgada y frágil
capaz de mantener a raya
dos realidades tan potentes
como aquel que cubre de destellos
las abisales profundidades
y esa que se traga en su negrura
las estrellas más rutilantes.
¿Cómo sería el mundo sin horizonte?
Donde los soñadores no podrían
dejar vagar su mirada.
Cómo la árida estepa formalizaría
su unión con el firmamento.
¿Sería sustituido el horizonte
por un gran muro de piedra?
Contra el cual nuestras miradas
privadas de libertad
impotentes se estrellarían.
Cómo la vida sin horizonte,
sin norte, ni sur, ni este u oeste.
RMA
Intenta contener
el manantial de lágrimas
que explota en su corazón,
cubriendo su rostro
con temblorosas manos,
sin llegar a saber
que el dolor se filtra
entre sus delicados dedos.
RMA
Se abrazan en el aire
las tuyas y las mías,
vuelan hermosas palabras
en cálida conversación.
Vuelan mundos, idean
sueños compartidos,
forjan lazos de seda
con los que alejar
el fantasma de la soledad
y atraer la sensación gozosa
de saber que existe
un corazón que late
al mismo ritmo,
a la par que el tuyo.
RMA