Desapareces cuando te place,
otras reformas y a mi neurona
bombardeas con mil palabras
a las que luego hay que dar forma.
Caprichosa tú, irreverente ella
diría que las más de las veces
ni tan siquiera son palabras,
es un “run, run” en el estómago
e incluso en el bajo vientre
que no sabes bien a que se debe.
Hasta que ese retorcido “run, run"
convierte en olla a presión
la oquedad de una calavera
y entonces comienza la diversión,
saliendo humo por las orejas,
la neurona dando brincos
cual infecta posea,
ora, buscando un “Arapahoe"
que el humo convierta en letras,
ora, tratando de encontrar
una morsa electricista
que los chispazos y corrientes
de este sanatorio mental
cobren forma de puntos y rayas.
Todo esto debido
a un retortijón mental,
y Digo yo, querida Erato
¿ No será más higiénico,
más sano, el dejar
de tocarme la “Noia”
y pulsar el botón de “Enter"
del solícito señor “Roca".
RMA