Algunos dicen
que cuando es dicha
la palabra muere.

Yo digo, en cambio,
que justo ese día
empieza a vivir.

Emily Dickinson.

Parafraseando a la Sra. Dickinson me gustaría que estos ripios que ahora comienzan a volar por sí mismos no mueran en el olvido, sino que sean capaces de anidar en el corazón de alguien que les de calor y cobijo.

jueves, 14 de diciembre de 2023

?Quienes somos?

 

La carne, que pretende erguirse encaramada en un saco de huesos para aparentar dignidad.

El alma, etérea, de tan divina que es incapaz de bajar a ras de suelo y manchar su etéreo ser en el lodo diario y cuando alguna vez lo intentó, mejor no lo hubiera hecho.

La memoria, no somos nadie sin ella, somos ella, nada de pasado, presente hueco y un nulo futuro, no sabríamos quienes somos, qué nos gusta, qué odiamos, quién amamos y quién somos, sino sabemos a quien amar, con quién compartir y con quién recordar.

Los griegos, en la antigüedad, para remarcar la importancia de la memoria y el miedo a perderla, a no ser nadie, se inventaron un río en los Campos Elíseos que si lo atravesabas o bebías perdías la memoria, Lete, olvido es su nombre.

Con el tiempo llegó un señor, se olvidó del río y nos dejó su nombre Alois, Alzheimer de apellido. 

La parte de la leyenda que más me gusta es que contaban que una vez se bebía sus aguas, en aquellas praderas y en ausencia de memoria todos eran felices, pues con ella también desaparecían los vicios, las miserias, el dolor y siempre era primorosa primavera.

Espero que esta parte no se le quedase atrás al amigo Alois.


Húmeda niebla

emborrona siluetas,

enturbia el alba.

RMA 





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