Algunos dicen
que cuando es dicha
la palabra muere.

Yo digo, en cambio,
que justo ese día
empieza a vivir.

Emily Dickinson.

Parafraseando a la Sra. Dickinson me gustaría que estos ripios que ahora comienzan a volar por sí mismos no mueran en el olvido, sino que sean capaces de anidar en el corazón de alguien que les de calor y cobijo.

viernes, 13 de julio de 2018

Esta mañana al despertar




Esta mañana al despertar
por la mañana temprano
pongo la radio y oigo hablar
de la teoría del Big Bang.
Hace unos cuantos miles de años
este Universo conocido
no era mayor que una canica
y es aquí cuando me pregunto
¿Que había con anterioridad?
¿Qué lo hizo explosionar?
¿Se encontró con una piva
que lo hizo explosionar?
Porque otra cosa no,
pero “arrejuntaitos”
sí que debían de estar.
Yo, a mis cortas luces,
que alumbro menos,
que un agujero negro,
digo, que mucha materia
allí, haber no habría,
más bien, vendría a ser
algún tipo de energía,
y si esta, no se crea
 ni tampoco se destruye
¿De dónde vino esa energía?
¿Qué la hizo mutar
hasta convertirse
en roca, en carne o luz?
¿Cuál fue esa otra energía?.

Y bajando a un terreno
mucho más mundano
¿Cuál es nuestra mayor
fuente de energía?
¿El corazón?
Que mueve nuestros cuerpos
¿El alma?
Que rige nuestra vida,
o ese elemento que puede
ejercer de catalizador
para unir lo que son
todas nuestras energías
y hacer que estás reluzcan
con mayor intensidad y belleza
que una estrella
en noche de Luna nueva,
y que no es otro
que el AMOR,
así, con mayúsculas,
gritándonos a los ojos
con toda su energía.
Así pues, cuando
el estado de la materia pase
sólo quedará energía,
energía, que en un gigantesco
Big Crunch, hará
que terminemos todos
de nuevo “arrejuntaítos”
en una canica.
¿Empezamos de nuevo?
¡¡¡BOOOMM!!!
                 RMA

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