Una partida de ajedrez
donde los contendientes son
de una parte Lucifer,
y de la otra un buen Dios.
Peones, alfiles, caballos
en uno y otro bando,
mas no concibe el entendimiento
un rey de inmaculado blanco.
Ningún Dios en su sano juicio,
si existiese la razón
haría morir por Él a sus hijos.
Mueren piezas a su antojo
da igual cual sea el color,
para ellos es solo un juego.
RMA
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