Estoy haciendo memoria
buceando casi en el medio siglo,
ayudado por mi amiga Noia,
de los felices momentos vividos.
En cincuenta años, ha habido
momentos dulces, también amargos
en los que la vida ha sabido
enseñarme a sacar lo bueno de ambos.
Nada mejor para un expreso
que un dulce para acompañarlo,
el paladar está para degustar eso.
Más mi Noia continúa empedrada
en cuando los más felices fueron
yo contesto “¿Los más felices? ¡Mañana!.
RMA
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