Llega el verano
cálido y perezoso,
borra el color
de tan luminoso el sol,
días de siesta
no hacerla es pecado,
cuarenta grados
a la sombra, bajo el sol
ni te cuento,
hasta el termómetro
pide la baja,
así es mi tierra, ardiente,
cálida y fresca.
Cuando llega la tarde
vive en la calle,
con la noche no duerme
sigue ardiente y sudorosa.
RMA
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