Brota, surge, mana,
generoso y fresco
el líquido elemento.
Me emociona pensar
que haya sido capaz
de vivir en el cielo,
para en luminosa lágrima
caer hasta el suelo;
Allí inicia su magia,
aquello que empapa
la vida viste de gala.
Se filtra por las entrañas
del tenebroso subsuelo,
lo serpentea, lo corroe,
lo purifica, lo recorre
¡Sabe de sus secretos!
Entonces, cristalina y pura
viene a nacer de nuevo,
a continuar regalando
vida y esperanza;
Serpenteando ahora
por la extensa superficie
formando de vez en cuando
remansos de paz
donde aguardar el momento
de retornar a lo etéreo.
RMA
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