Parafraseando a la Sra. Dickinson me gustaría que estos ripios que ahora comienzan a volar por sí mismos no mueran en el olvido, sino que sean capaces de anidar en el corazón de alguien que les de calor y cobijo.
Santander
Santander,
magnífica ciudad donde perderse para ir de pinchos y pasear por sus calles, aspirar su aroma a mar y señorío.
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