Algunos dicen
que cuando es dicha
la palabra muere.

Yo digo, en cambio,
que justo ese día
empieza a vivir.

Emily Dickinson.

Parafraseando a la Sra. Dickinson me gustaría que estos ripios que ahora comienzan a volar por sí mismos no mueran en el olvido, sino que sean capaces de anidar en el corazón de alguien que les de calor y cobijo.

Lisboa

 



 

 Lisboa, tan cerca y a la vez tan lejos, tan maravillosa como el sabor de sus barrios, volcados al océano y a ese Tajo que le da carácter y todo ello envuelto en las melancólicas notas que hacen volar los fados.

                              RMA


































































                                                                RMA













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