Delirios y desvaríos
de una neurona insolente
que sólo sabe un pronombre,
a la mía, en eso no se parece.
Yo, yo y yo solamente,
primeramente yo
y yo eternamente
y luego pues, yo.
Pobre neurona desgraciada,
más allá de sus narices
no logra ver casi nada.
Pobre neurona descarriada,
despacito no se repara
en que nadie te acompaña.
RMA
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