De tus besos
nunca me cansaría,
porque por ellos
vivo la vida.
No hay día
que no piense
en ellos,
en tus labios,
en tu sonrisa
y en esos dientes blancos
que cuando sonríes
iluminan mi vida.
No ha día,
que no añore tus besos
y el brillo abrasador
de tus ojos,
que tus labios
hacen calor
cuando acarician
los míos.
No hay segundo
que no desee
tus besos,
pues cuando
me estás besando
ya pienso en como
robarte el próximo.
De tus besos
nunca me cansaré,
como no se cansa Dios
de estar en el cielo.
RMA
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