No sabia porque no levantó el vuelo,
se quedó mirando el nido
en la horquilla del árbol caduco.
En una mañana brumosa
de un húmedo invierno
perdió la fuerza en sus alas
o la capacidad mental de volar.
No sabía porque no levantó el vuelo
pero la verdad es que no podía,
no podía mirar el cielo,
sus ojos no se lo permitían.
Sólo veía nubes por doquier,
se sentía por siempre incapaz
de volver a ver el azulado techo
que todo lo conocido cubría,
le faltaba la certeza
de que las nubes pasarían,
también la valentía
para disfrutar de la lluvia.
RMA
No hay comentarios:
Publicar un comentario