Le preocupaba la vida,
le preocupaba no tener recuerdos
creía que no los merecía.
No saber que tenia que sentir algo
le preocupaba no tener tiempo
para que los pensamientos se completaran
y los sentimientos se asentaran.
Tuvo que aprender a pasear
aprender que no hay que escalar una montaña
para estar en la cima del mundo
que lo más horrible
puede ser maravilloso
si aprendes a mirarlo
y lo más maravilloso terrible
cuando hay que soportarlo.
Hubo de aprender a perderse
aprendiendo el camino de vuelta,
aprender a soñar estando despierto,
soñar con toda la belleza
que este mundo nos ofrezca.
Que esos árboles
aunque le tapen la vista,
le ofrecen un maravilloso paisaje,
aprender que no se malgasta el tiempo
que no se pierde, hay veces
que simplemente corre,
se diluye en tu torrente sanguíneo,
ese mismo que te da la vida.
Le preocupaba, preocupa,
que la vida, el tiempo,
le resbale entre los dedos
como el agua de la fuente,
sin tan siquiera llegar
a humedecer la yema
con la que acaricia
la rugosa superficie
de la curvatura del tiempo.
RMA
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