Llenamos la soledad
de cosas que la alimentan,
que la engrandecen,
llegando a convertirla
en un monstruo indecente
que fagocita nuestros sueños.
Llenémosla de momento
al completo, de caras y ojos
a poder ser risueños,
colmémosla de atenciones
que mitiguen sus miedos,
así, cuando de vez en cuando
a cursar obligada visita venga
con los brazos bien abiertos
le daremos la bienvenida,
nos alegrarnos de verla.
RMA
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