Hace un tiempo le hablaba
una tal Noia a su cerebro
en “besuguil" diálogo:
“Mejor nos iba
cuando no trabajabas “
“¡Serás besugo!”
Replicó indignada.
“Tú me acusabas
de inoperante y vaga
y ahora ya pienso
cosas que no pensaba,
observo cosas
que no veía
y unos calambres siento
que no sentía”.
“¿Ves lo que te digo?
Pensar mucho no es sano"
“Pensar es sentir
desangrarse la vida
entre tus manos,
pero, porqué no vivir
si de cuando en vez
puedes ver cómo el sol
sana tus sabañones
y lo sientes galopar
en tu interior,
por tus venas
dándole alas así
a tus mejores sueños”.
“Sí, por supuesto,
ese mismo sol
que a Ícaro alas dió".
RMA
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