¿Si tuviese música el ocaso
sería un toque de oración
por el día que perece?
O un toque de silencio
que “manum militare” impone
la oscuridad de la noche,
tal vez un “tocata y fuga"
para goce de los amantes.
Yo más bien me decanto
en que pudiera ser
una hermosa sinfonía
donde el maestro conjuga
con deliciosa armonía
la paleta con mil tonos
que le ofrece el ocaso
con el arrullo de la brisa,
las notas sueltas de un grillo,
el aroma de las flores
y de mil pájaros, el trino.
Deliciosa sinfonía.
RMA
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